A todos nos ha pasado alguna vez. Estás un día sentado en el sofá, miras a tu alrededor y piensas: "¿Cuántos años lleva ese aparador con el tirador roto? Tengo que darle un toque nuevo al salón". Este pensamiento también te puede asaltar fuera de casa, cuando visitas el piso nuevo de un amigo con un mueble de televisión blanco impoluto "porque el minimalismo se lleva mucho ahora"; cuando paseas por la calle y ves un escaparate de una tienda de decoración; o cuando te topas con el mítico catálogo de Ikea en la sala de espera del dentista.