Elegir la silla de comedor perfecta

4 dic. 2019

1. A la medida de tus necesidades

No es lo mismo un comedor que usas a diario que uno ‘oficial’, que abres a las visitas en contadas ocasiones. Tampoco es igual si tienes o no niños, para elegir un modelo que se limpie fácilmente; si entran o no las sillas con brazos bajo la mesa... En la elección de la silla perfecta entran en juego distintos factores, como la estética, la comodidad o las dimensiones de la estancia, que nos hacen decantarnos por uno u otro modelo. 

2. Bonita, ‘of course’

Y encajar en la decoración del resto de la estancia. Las sillas de comedor no pueden ir por libre, sino que deben integrarse y, sobre todo, gustarte. No te precipites en su elección: busca, compara, imagina cómo quedará no solo con tu mesa sino también con el resto de elementos y, finalmente, compra, si estás segura de que el color, la forma y el estilo es lo que te pide tu espacio.

3. Las medidas perfectas

Ante todo, debe estar a la altura de la mesa, para que no estés ni demasiado baja ni demasiada alta. El asiento suele ser de unos 45 cm de alto y unos 50 de profundidad, de manera que al sentarte las piernas formen un ángulo recto con el suelo. Respecto al respaldo, nunca superior a 110 cm, para que no te sientas en un incómodo trono, donde tus cervicales sufran y la cabeza no pueda echarse hacia atrás o girarla. 

4. Según el material

Las de madera son buenas aliadas de todos los estilos: clásico, contemporáneo, rústico… Vigila su peso real y visual, ya que los modelos macizos suelen moverse con más dificultad y acaparan mucha atención. Las de metacrilato, resino o fibra de vidrio son modernas, ligeras y resistentes, por lo que resultan perfectas para comedores de uso diario o con niños. Potente, robusta, fuerte y bella a la vez, solo necesita un espacio amplio para brillar.

5. Tapizadas

Además de ser muy confortables, se sienten bien con cualquier estilo decorativo, según la tapicería que elijas. Puedes jugar a combinar estructuras clásicas con telas alegres y divertidas; dejarte seducir por la sofisticación del terciopelo, tapizarlas a juego con las cortinas de flores o elegir una tela lisa en un color ‘sufrido’, para que resista y disimule el trote diario y las manchas. No olvides que tengan buena sintonía con la alfombra. 

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